Un volcan cercano, ahora llamado Sadiman, estaba echando cenizas po la boca. El cenizal guardo los pasos de la pareja, desde aquel tiempo, a traves de todos los tiempos. Bajo el manto gris han quedado, intactas, las huellas.
Y esos pies nos dicen, ahora, que aquella Eva y aquel Adan venían caminando juntos, cuando a cierta altura ella se detuvo, se desvio y camino unos pasos por su cuenta. Despues, volvio al camino compartido. Las huellas humanas mas antiguas han dejado la marca de una duda. Algunos añitos han pasado. La duda sigue.
(Escrito por Eduardo Galeano.)
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